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Thich Naht Hanh

"El regalo más valioso que podemos ofrecer a otros es nuestra presencia"
Thich Nhat Hanh

12 enero 2016

La Felicidad y el Sufrimiento: Cómo reencontrarnos en el dolor en 5 pasos


La presencia de dolor físico nos trae al aquí y ahora sin remedio, a lo que es, y nos aleja de todo aquello que el ego demanda. Aceptar que esto es así, puede ser un duro proceso.

 "Una de las experiencias más vivas que me mantienen conectada con el presente es el dolor. A él tengo mucho que agradecerle."




Estamos tan acostumbrados a las fórmulas rápidas para poder seguir con nuestro ritmo habitual (enfermizo en ocasiones), que, a veces,  nos cuesta frenar, y la medicación pasa de ser un medio para cuidarnos a una herramienta para continuar con nuestro ritmo frenético.

Pero, si escuchamos con atención, el dolor tiene un mensaje importante que darnos. ¿Te imaginas una vida sin dolor? ¿Cómo crees que nos mantendríamos vivos? ¿Cómo sabríamos que es aquello que quema, es venenoso o si tenemos alguna fractura? El dolor es una alarma que nos avisa de que algo no marcha bien. Es importante parar y descubrir su mensaje.

Puedes intentar conectar con él a través de la atención plena, observando con ecuanimidad lo que sucede.

¿En que zona exacta lo siento?

¿Cuál es su forma, es punzante, oprime,...?

¿Y su intensidad?

¿Es siempre igual o varía?


Y, ¿qué pasa con el dolor crónico? Está ahí, cambiante, pero con billete de vuelta. Entonces, nuestra actitud ante nuestro compañero más o menos constante de viaje es muy importante. 

Estos 5 pasos pueden servirte de guía para un primer acercamiento.





Paso 1. La conciencia es posible: darse cuenta de las sensaciones reales en cada momento, agradables o desagradables. "Soy consciente de mis pensamientos negativos y de mis sensaciones de dolor"


 Paso 3. Ir al encuentro de lo agradable. Amplio mi campo de conciencia y me doy cuenta también de las sensaciones agradables. "Soy consciente se mi dolor pero me doy cuenta del agradable calor del sol en la cara o de de los sonidos de los pájaros".

Paso 4. Ganar perspectiva: ampliando nuestra conciencia para convertirnos en “un recipiente más grande”. Trato con cariño mi dolor y disfruto de las sensaciones agradables"
Paso 5. Vivir con elección en cada momento. "Que bien ser consciente de mi dolor y poder cuidarme como lo necesito".

(Pasos e imágenes de Respira Vida)


La práctica de la plena conciencia en el dolor, la aceptación de lo que es, con una actitud compasiva, de curiosidad, nos puede regalar instantes de gratitud y felicidad.

No quiero decir que cuando el dolor está presente, no suframos, el sufrimiento está ahí, pero poder ver lo que es sin juicios, aceptando que en ese instante el dolor está en ti y es cambiante, te permitirá sufrir menos. No hay expectativas de cómo tendrían que ser las cosas o de porqué está sucediendo.

Entonces, todo ese sufrimiento extra que surge de la frustración, de lo que el dolor limita, desaparece. Y a su vez, entramos en un círculo virtuoso donde el dolor físico y emocional se reduce, somos capaces de reencontrarnos a nosotros mismos, tratarnos con cariño y permitirnos ese espacio que necesitamos. 

«El verdadero milagro es caminar sobre la tierra». 

Además está la otra parte, hacernos conscientes de lo afortunados que somos cuando el dolor se reduce o con suerte, se toma un descanso temporal. ¿Cuántas veces a lo largo del día te das cuenta de que tienes la posibilidad de levantarte cada mañana, de poder ver, oír o caminar? 

El dolor hace esa labor, irremediablemente, cuando cesa o se calma, puedes volver a levantarte, a comer, a reir, a caminar tranquilamente o incluso correr, y eso ¡es un regalo!

Y si eres consciente de ello, si despiertas a tu presente, sólo puedes sentir gratitud. Y disfrutas cada paso con los ojos de un niño que camina por primera vez. Yo misma me sorprendo a veces, sonriendo y agradeciendo al dolor que me haya recordado lo afortunada que soy de poder respirar, cuando por fin puedo volver a hacerlo con libertad.

Como dice Thich Nhat Hanh «el verdadero milagro es caminar sobre la tierra». Y si prestas atención, hay muchos regalos más a cada instante.



"Sin barro, no hay loto"
"Practicamos como la flor de loto y el barro. La flor de loto no piensa: "No quiero el barro". La flor de loto sabe que puede florecer tan bella sólo gracias al barro. 
Para nosotros, ocurre lo mismo. Tenemos semillas negativas en nuestro interior, el elemento del barro, si sabemos cómo aceptarlo, nos aceptamos a nosotros mismos. La flor de loto no necesita deshacerse del barro. Sin barro, moriría.
Si no tenemos deshechos, no podemos florecer. No deberíamos juzgarnos, ni juzgar a los demás. Sólo necesitamos practicar la aceptación y así progresar sin lucha. El proceso de transformación y sanación requiere prácticas continuadas. Producimos basura cada día, y por este motivo necesitamos practicar continuamente para cuidarnos de nuestra basura y convertirla en flores."  

Thich Nhat Hanh.

09 enero 2016

Silencio y Quietud, por Eckhart Tolle




«Cuando pierdes contacto con la quietud interior, pierdes contacto contigo mismo. Cuando pierdes contacto contigo mismo, te pierdes en el mundo.

Tu sentido más interno de tí mismo, tu sentido de quién eres, es inseparable de la quietud. Ese es el Yo Soy que es más profundo que el nombre y la forma.

La quietud es tu naturaleza esencial. ¿Qué es la quietud? El espacio interno o conciencia en el que las palabras de esta página son percibidas y se convierten en pensamientos. Sin esa conciencia, no habría percepción, ni pensamientos, ni mundo.

Tú eres esa conciencia, disfrazada de persona.

El equivalente del ruido externo es el ruido interno. El equivalente del silencio externo es la quietud interna.

Cuando quieras que haya silencio a tu alrededor, escúchalo. Esto significa que, simplemente, has de darte cuenta de él. Préstale atención. Escuchar el silencio despierta la dimensión de quietud dentro de tí, porque sólo la quietud te permite ser consciente del silencio.

Observa que en el momento de darte cuenta del silencio que te rodea, no estás pensando. Eres consciente, pero no piensas.

Cuando te das cuenta del silencio, se produce inmediatamente ese estado de serena alerta interna.

Estás presente. Has salido de miles de años de condicionamiento colectivo humano.

Mira un árbol, una flor, una planta. Deja que tu conciencia descanse en ellos. ¡Qué quietud manifiestan, qué profundamente enraizados están en el Ser! Permite que la naturaleza te enseñe la quietud.

Cuando miras un árbol y percibes su quietud, tú mismo te aquietas. Conectas con él a un nivel muy profundo. Te sientes unido a cualquier cosa que percibes en y a través de la quietud. Sentir tu unidad de ti mismo con todas las cosas es verdadero amor.

El silencio ayuda, pero no es necesario para hallar la quietud. Aunque haya ruido, puedes sintonizar con la quietud subyacente, el espacio en el que surge el ruido. Ese es el espacio interno de pura conciencia, la conciencia misma.

Puedes darte cuenta de que la conciencia es el trasfondo de todas tus percepciones sensoriales, de toda tu actividad mental. Siendo consciente de la conciencia surge la quietud interna.

Cualquier ruido molesto puede ser tan útil como el silencio. ¿Cómo? Abandonando tu resistencia interna al ruido y permitiendo que sea como es; esa aceptación también te lleva al reino de paz interna que es quietud.

Cuando aceptas profundamente este momento tal como es —tome la forma que tome—, estás sereno, estás en paz.

Presta atención a la pausa: la pausa entre dos pensamientos, al breve y silencioso espacio entre las palabras de una conversación, entre las notas de un piano o de una flauta, o al breve descanso entre la inspiración y la espiración.

Cuando prestas atención a esas pausas, la conciencia de «algo» se convierte simplemente en conciencia. Surge de dentro de tí la dimensión informe de pura conciencia y reemplaza la identificació n con la forma.

La verdadera inteligencia actúa silenciosamente. Es en la quietud donde encontramos la creatividad y la solución a los problemas.

¿Es la quietud tan sólo ausencia de ruido y contenido? No; es la inteligencia misma: la conciencia subyacente de la que nace toda forma. ¿Y cómo podría eso estar separado de quien tú eres?

De allí salió la forma que crees ser, y ello es lo que la sustenta.

Es la esencia de todas las galaxias y de las hojas de hierba; de todas las flores, árboles, pájaros, y de todas las demás formas.

La quietud es la única cosa de este mundo que no tiene forma. Pero en realidad no es una cosa, y tampoco es de este mundo.

Cuando miras un árbol o un ser humano desde la quietud, ¿quién está mirando? Algo más profundo que la persona. La conciencia está mirando a su creación. (...)

¿Necesitas más conocimiento? ¿Crees que más información, u ordenadores más rápidos, o más análisis científicos e intelectuales van a salvar al mundo? ¿No es sabiduría lo que más necesita la humanidad en estos momentos?

Pero ¿qué es la sabiduría? ¿Dónde se encuentra? La sabiduría viene cuando uno es capaz de aquietarse. Sólo mira, sólo escucha. No hace falta nada más. Aquietarse, mirar y escuchar activa la inteligencia no conceptual que anida dentro de tí. Deja que la quietud dirija tus palabras y tus acciones.»

Eckhart Tolle

Fuente: El blog de Grego